Me miran y sonríen. Se dicen cosas al oído y vuelven a sonreír. Los niños , al principio asustados, pero al siguiente segundo te devuelven la sonrisa más bonita.
Justo a mi derecha, una señora con cara triste ; de unos 50 años con el pelo canoso y corto, como si así no tuviese que dedicar mucho tiempo por las mañanas en arreglarse. Es más cómodo y no tiene ganas.Lleva gafas y mira a todas partes, pero no ve nada… a nadie. Habla sin parar pero sus labios no se han movido ; pero yo se que habla y dice muchas cosas…